Los medios en todo el país se hicieron eco de aquel atropello que protagonizaron en carácter de “patoteros”, soberbios, prepotentes y altaneros, los hermanos Roberto y José Carlos Acevedo. El lamentable episodio se registró el 23 de agosto de este año cuando la fiscala Sandra Díaz allanó CD Comercial en busca de mercaderías presuntamente de contrabando.

Le acompañaron en aquel operativo “legítimo”, los agentes de Delitos Económicos (Policía Nacional) y el DETAVE (Aduanas), además de funcionarios de otras instituciones y periodistas que se convirtieron en testigos del bochornoso, pero a la vez terrible ataque verbal del cual fueron víctimas los intervinientes, especialmente la fiscal Sandra Díaz que ahora estaría favoreciendo para la impunidad de los Acevedo.

El Ministerio Público había anunciado que investigaría a los Ace­vedo y que la pesquisa fiscal sería por la comisión de supuestos hechos punibles relacionados a la obstrucción de una investigación formal. 

El fiscal Samuel Valdez tiene a su cargo la tarea investigativa porque así lo resol­vió la Dirección de Gabi­nete Fiscal, a cargo del fiscal Adjunto Roberto Zacarías, quien solicitó la apertura, de oficio, así como de un cua­derno fiscal de investigación sobre los hechos aconteci­dos en el mencionado local comercial. La resolución de la Fiscalía señalaba igualmente que la conducta de ambas autoridades podría tener relevancia penal, razón por la cual se procedió a ordenar las indagaciones pertinentes. 

Agrega que el negocio “CD Comercial” tendría artículos de contrabando entre sus mercaderías, descubiertos presumiblemente durante la diligencia de inspección realizada. Incluso, horas después de la intervención se logró dar con un camión de la misma empresa, que tenía más de una tonelada de azúcar brasileña que sería de contrabando pues el conductor del vehículo no pudo presentar documentos de la carga.

Respecto al nexo entre los Acevedo y los propietarios de CD Comercial, denun­cias incluso publicadas en la prensa en diciembre del 2010 señalan que el día de las elecciones municipales en las cuales José Carlos Ace­vedo logró la reelección, fue de ese local que sus adheren­tes retiraron víveres en un aparente caso de “compra de conciencias”.

Evidencias

La fiscal Sandra Díaz sufrió un atropello gravísimo, en su carácter de mujer y representante de la sociedad a través de su importante cargo en el ámbito de la justicia y hay muchos vídeos que demuestran y avalan esta afirmación.

En las imágenes se puede observar y escuchar claramente como el senador Roberto Acevedo la trata de “FISCALA SINVERGÜENZA” mientras la misma trataba de explicarle amablemente las circunstancias del allanamiento y que labrarían acta de todo lo que encontraban.

“QUÉ USTED SE CREE” le gritaba en otra parte el senador tratando de intimidarla y al mismo tiempo comenzó a fijarse en los agentes de Delitos Económicos y Aduanas. A uno de ellos le dijo que parecía narco por tener un collar, “PARECES NARCO HIJO DE PUTA” decía Roberto mientras que su hermano le gritaba al agente que era “PUTO RAKO, PUTO’I” para luego rematar con un “NDAIPÓRI OÑEMOI ARA ÑANDEREHE”.

Todo esto está registrado en vídeos que compartimos en esta publicación, y al mismo tiempo queremos demostrar la gravedad del caso, ya que Sandra Díaz estaría retrocediendo en esta investigación contra los Acevedo, por la presunta influencia de los mismos.

Incluso en el medio radial de los Acevedo, la misma habría minimizado todo lo que ocurrió cuando le enviaron un reportero y el fiscal Samuel Valdéz no cuenta con la denuncia de su colega como corresponde para avanzar en el caso y lograr la imputación de los hermanos porque el desafuero del senador puede ser solicitado fácilmente al Congreso.

Esta actitud temerosa demuestra en lo inútil que puede llegar a convertirse en su cargo la agente fiscal Sandra Díaz, sin personalidad, sin autoridad, floja y sin coraje para enfrentarse a los patoteros del clan Acevedo.

La misma estaría tratando de demostrar que los Acevedo no se metieron en su trabajo y obviando los maltratos verbales a los que fue sometida sin piedad. Les estaría dando impunidad total a nuestras autoridades que impidieron la correcta investigación de un supuesto caso de contrabando, favoreciendo así a la realización de un negocio ilegal que afecta a los trabajadores honestos del Amambay.

SI LA MISMA CEDE ANTE LA INFLUENCIA O EL TEMOR QUE LE TIENE A LOS ACEVEDO, ENTONCES NO MERECE ESTAR EN EL CARGO Y DEBE RENUNCIAR INMEDIATAMENTE PORQUE SU GESTIÓN ES NULA. CON ESTOS PRECEDENTES, CUALQUIER CIUDADANO COMÚN Y CORRIENTE PODRÁ ATROPELLARLA, INTIMIDARLA, OFENDERLA, Y LA MISMA NO PODRÁ TENER AUTORIDAD MORAL PARA ENCARAR.

Otra prueba de los ataques inmisericordes que sufrió la fiscal está en el comunicado que emitió la Asociación de Agentes Fiscales del Paraguay en donde denunciaba el trato denigrante que sufrió la fiscal Sandra Díaz durante el allana­miento.

“La actitud de los hermanos Acevedo demuestra un total desprecio por la dignidad de las personas. Nuestro gre­mio repudia este atropello e intervención ilegítima a la unidad fiscal”, expresaba el documento.

El intendente en otra parte denunció la corrupción de agentes de Delitos Económicos, pero no quiso brindar los nombres de quienes son los empresarios que pagan coimas supuestamente a los mismos, aunque dijo que sabe muy bien quienes son. Además, el intendente nunca hizo una denuncia formal al respecto ante las autoridades competentes y la Municipalidad de PJC como institución tampoco, a pesar de que tiene oficinas que deberían controlar las mercaderías en los comercios y ayudar en la lucha contra el contrabando en vez favorecer al mismo.

Como señala un paraguayismo, “no hay que dejar esto en el oparei” y como director de este medio, acompañaremos la denuncia, incluso, contra la agente fiscal ante el Jurado de Enjuiciamiento si es necesario porque estaríamos hablando de un presunto caso de mal desempeño en sus funciones.

La falta de autoridad y moral de nuestra representante a quien le faltaron el respeto por no imponer su rango, constituye un peligro para el cumplimiento de las leyes y por ende no sirve para el cargo en el que se desempeña.

Por Elvio Vázquez (Camisa12)