Pedro Juan Caballero - 07 de July de 2025 |
Rómulo Yegros, recreada con IA a partir de una fotografía del archivo familiar de los Yegros.
Foto: Gentileza
Como edecán de Francisco Solano López, vivió de cerca los grandes acontecimientos que cambiarían el destino del Paraguay, hasta que su propia historia se vio consumida por el mismo fuego de la sospecha y la guerra.
Nació en Asunción, día de San Rómulo de Fiesoli, un 6 de julio de 1818. Fue el primer hijo varón del brigadier Fulgencio Yegros y de Josefa Facunda Speratti, Fulgencio quien había sido presidente de la Junta Superior Gubernativa de 1811 a 1813 y Cónsul de la República junto con el doctor José Gaspar Rodríguez de Francia hasta 1814.
La vida de Rómulo estuvo marcada por la tragedia desde temprana edad. En 1820, cuando tenía apenas dos años, su padre fue acusado de participar en una supuesta conspiración contra el dictador Francia. Después de más de un año de prisión, Fulgencio Yegros fue fusilado como “traidor a la patria”, junto con otros paraguayos de mérito. Sus bienes fueron confiscados, dejando a la viuda, Josefa Facunda Esperati, a cargo de sus cuatro hijos menores, quienes probablemente pasaron por privaciones y estrecheces económicas.
Rómulo, con solo tres años al morir su padre, aparentemente aprendió las primeras letras en Itauguá, con el cura Santomé. A los dieciocho años, en 1836, ingresó a las filas del ejército como soldado de la Primera Compañía de Artillería, iniciando así una carrera militar que marcaría su vida.
Su ascenso en el ejército fue gradual pero constante. En 1844 era cabo en el Regimiento Escolta Presidencial, sargento en 1846 y subteniente en 1848. Para 1853, cuando viajó a Europa, ostentaba el rango de teniente de caballería. A su regreso, en febrero de 1855, fue ascendido a capitán. Continuó como ayudante o edecán del general Francisco Solano López, participando en misiones diplomáticas y ascendiendo a sargento mayor en 1860.
Yegros participó en varias campañas militares, incluyendo la de Corrientes en 1845 y la expedición para desalojar a los brasileños del Pan de Azúcar en 1850. También cumplió encargos oficiales en el Imperio del Brasil en 1851 y 1852, dejando diarios de ambos viajes.
En mayo de 1861, siendo sargento mayor y ayudante del ministro de Guerra y Marina, Yegros contrajo matrimonio con Juana Úrsula Urbieta Recalde. La ceremonia contó con la presencia del general Francisco Solano López como testigo.
Sin embargo, la carrera militar y la vida familiar de Rómulo Yegros se vieron bruscamente interrumpidas en abril de 1863. En un giro irónico del destino, Rómulo se encontró siguiendo un camino similar al de su padre. Así como Fulgencio Yegros había caído víctima de una supuesta conspiración bajo el régimen del Dr. Francia, ahora Rómulo se veía envuelto en otra presunta conspiración, esta vez bajo el gobierno del presidente Francisco Solano López, sobrino del mismo Dr. Francia.
Yegros permaneció en prisión por varios meses, siendo liberado solo al estallar la Guerra del Paraguay contra la Triple Alianza. Fue reincorporado al ejército, pero degradado a sargento en el Regimiento Tercero de Infantería.
A pesar de su degradación, Yegros luchó valientemente en la guerra, en la batalla de Tuyutí el 24 de mayo de 1866, durante el feroz combate, sufrió una herida de considerable gravedad que lo dejó convaleciente. En esos días de recuperación, recibió la visita de Juan Crisóstomo Centurión, enviado especial del mariscal López para inspeccionar el estado de los heridos.
Yegros luchó valientemente en la guerra, en la batalla de Tuyutí el 24 de mayo de 1866, durante el combate, sufrió una herida de considerable gravedad.
Foto: Gentileza
Al encontrarse con Yegros, Centurión fue testigo de un momento de profunda lealtad y patriotismo. A pesar de su condición y de las circunstancias que lo habían llevado a luchar como un soldado degradado, Yegros no mostró resentimiento. En cambio, aprovechó la oportunidad para enviar un mensaje al presidente López a través de Centurión. Con voz firme y mirada decidida, le pidió que transmitiera estas palabras: “Dígale al presidente que estoy satisfecho porque me ha proporcionado la ocasión de derramar mi sangre por la patria, cumpliendo así con mi juramento de ciudadano.”
Posteriormente participó en la batalla de Boquerón del Sauce. El 18 de julio de 1866, durante el último día de esta batalla, Yegros lideró heroicamente la defensa de una trinchera en el “Boquerón”. Después de rechazar varios ataques enemigos y liderar un combate cuerpo a cuerpo, Yegros cayó muerto por un disparo en el pecho. Haciendo honor a la larga y honrosa tradición de sus mayores.
El general Díaz ordenó que se recogiera su cadáver y se lo sepultara con honores militares, aunque las crónicas oficiales de la batalla no mencionaron su nombre.
Rómulo Yegros dejó tras de sí una familia: además de un hijo natural llamado Remigio, tuvo hijos con Pabla Garcete y dos hijos de su matrimonio con Úrsula Urbieta, llamados Facunda y Fulgencio. Al igual que él y sus hermanos, sus hijos quedaron huérfanos siendo aún niños.
La publicación del diario de Rómulo José Yegros, realizada gracias al trabajo del académico Alberto Duarte de Vargas, sirve como homenaje a este valiente oficial del antiguo ejército paraguayo, cuya vida estuvo marcada por la tragedia, pero también por la valentía y la entrega a su patria.
Fuentes: Diario de viaje a Europa (1853-1854) – Academia Paraguaya de la Historia / FamilySearch / Descendientes de los Proceres de Mayo.
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