“Asunción y Ciudad del Este son ciudades líderes, espejos. Muchas localidades del interior observan lo que ocurre en estas urbes para proyectar lo que podría pasar en sus propias comunidades”, señaló durante una entrevista radial. Recordó que ambas capitales -política y económica- concentran el mayor número de votantes del país: Asunción lidera el padrón electoral y Ciudad del Este la sigue de cerca.

Para Balmelli, que estas dos ciudades estén al mismo tiempo bajo intervención administrativa no es un hecho menor: “En cualquier parte del mundo, que se solicite la intervención de las dos ciudades más grandes del país es señal de una gravitación política fuerte”, remarcó.

También valoró el trabajo de la Contraloría General de la República, cuyas auditorías sirvieron de base para que el Ejecutivo solicitara las intervenciones, posteriormente aprobadas por la Cámara de Diputados. “No estudié el expediente en detalle, pero hay que reconocer que la Contraloría actuó con respaldo doctrinario. Tiene la autoridad constitucional para hacerlo. Cuestionar eso sería poner en riesgo el Estado de derecho”, añadió.

Balmelli recalcó que ahora la responsabilidad recae sobre los interventores designados: Carlos Pereira en Asunción y Ramón Ramírez en Ciudad del Este. Según explicó, el proceso debe ser técnico, cuidadoso y transparente. “Una intervención municipal tiene que equilibrar dos principios: por un lado, la transparencia y el control de la gestión pública; por otro, el respeto a la soberanía popular. Es una tarea delicada que debe manejarse con rigor institucional”, advirtió.

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